La tesorería es el corazón financiero de una empresa. Gestionarla bien no solo garantiza liquidez, sino también estabilidad y capacidad de reacción ante imprevistos. Sin embargo, muchas empresas —especialmente pymes y startups— cometen errores que comprometen su salud financiera a medio y largo plazo. En este artículo, desgranamos los errores más comunes en la gestión de tesorería y explicamos cómo evitarlos con una planificación rigurosa y herramientas adecuadas.
Uno de los errores más graves es no proyectar correctamente los ingresos y egresos. Sin una previsión realista, la empresa opera a ciegas y puede quedarse sin liquidez en momentos críticos.
Mantén el control diario de caja y nunca tomes decisiones solo con base en los resultados contables. Separa claramente el análisis de la rentabilidad del análisis del flujo de caja.
Confundir rentabilidad con caja disponible es un error clásico. Una empresa puede ser rentable y, aun así, sufrir tensiones de tesorería si los cobros se retrasan o los gastos superan las previsiones.
Mantén el control diario de caja y nunca tomes decisiones solo con base en los resultados contables. Separa claramente el análisis de la rentabilidad del análisis del flujo de caja.
Muchos negocios operan sin una política clara de cobros ni una programación inteligente de pagos. Esto puede derivar en acumulación de facturas por cobrar o en pagos anticipados que erosionan la liquidez.
Cuando un porcentaje elevado de tu facturación depende de uno o dos clientes, cualquier retraso o impago puede provocar un colapso de tesorería
Diversifica tu cartera de clientes. Si eso no es viable a corto plazo, crea colchones de liquidez que te permitan operar con independencia de los cobros puntuales.
Los “gastos invisibles” —suscripciones, herramientas sin uso, desplazamientos innecesarios, dietas, etc.— erosionan poco a poco el flujo de caja.
Revisa mensualmente todas las partidas de gasto menores. Clasifícalas por tipo, uso real y relevancia para el negocio. Cancela o renegocia aquellas que no aportan valor claro.
Muchas empresas operan con caja mínima, lo que las deja expuestas a cualquier contratiempo: impagos, retrasos, bajadas de ventas o gastos inesperados.
Reserva entre 3 y 6 meses de gastos fijos en un fondo de emergencia. No lo utilices para inversión ni operativa diaria. Piensa en él como tu red de seguridad estratégica.
En empresas con varias cuentas, líneas de crédito o filiales, es habitual no tener una visión consolidada de la tesorería. Esto impide tomar decisiones ágiles y puede generar costes financieros innecesarios.
Implementa un sistema de tesorería centralizado que integre cuentas bancarias, previsiones y saldos en tiempo real. Así podrás optimizar el uso de recursos y evitar tensiones innecesarias.
Solicitar financiación sin una planificación clara puede generar sobreendeudamiento o condiciones desfavorables. Además, muchas empresas no alinean sus necesidades de tesorería con el tipo de producto financiero que solicitan.
En muchas pymes, la gestión de tesorería recae en el gerente o en un perfil administrativo sin experiencia específica, lo que lleva a una gestión reactiva y poco profesional
Incorpora una figura responsable de tesorería, ya sea interna o externa (como un CFO externo), que implemente políticas, realice seguimientos y asegure decisiones informadas.
La gestión de tesorería no es una función operativa menor, sino un eje central para la supervivencia y el crecimiento empresarial. Evitar los errores comunes requiere disciplina, herramientas adecuadas y visión estratégica.
Contar con previsión, control y seguimiento diario permite tomar decisiones con fundamento, anticiparse a problemas y aprovechar oportunidades. Un negocio con buena tesorería es un negocio que respira, innova y se expande con solidez.